La metodología Octalysis se está convirtiendo en el framework favorito de muchos profesionales de la gamificación. No solo nos sirve para crear experiencias gamificadas que se asemejen a juegos, sino también nos sirve para crear herramientas con un aspecto más neutro pero aprovechando al mismo tiempo todas las ventajas de la gamificación. Este es el caso de Tinder. ¿Queréis saber dónde está la gamificación oculta en Tinder? ¿Por qué esta herramienta de ligues es tan atractiva y especialmente tan adictiva? ¿Dónde están las palancas que activan nuestras emociones? ¡Seguid leyendo!
¿Pero qué es el Octalysis?
Antes de empezar con nuestro análisis os doy un pequeño aviso: Si no estáis familiarizados con la metodología Octalysis os recomiendo leer primero este otro artículo del blog. Quizá si no lo hacéis entendéis igualmente el contenido del post porque iré añadiendo algunas notas aclaratorias, pero le sacaréis mucho más provecho al contenido si de antemano sabéis de que estoy hablando. También os animo a que le echéis un vistazo a otros análisis que he hecho con esta metodología, como el análisis de la gamificación en Twitter, o el análisis Octalysis de Instagram.
De todos modos os hago un breve resumen. El Octalysis es una metodología que se utiliza en el mundo de la gamificación y en el diseño de software “seductor”. Su creador, Yu-Kai Chou, diferencia entre 8 palancas o drivers que nos provocan emociones, emociones que acaban provocando acciones en el usuario. Por lo tanto, la forma de usar esta metodología consiste en conocer a nuestros usuarios para saber qué palancas o drivers le emocionan o le afectan más, y usarlas para que acaben llevando a cabo las acciones que nos interesan. A partir de aquí se le pone nota a cada una de las palancas dependiendo de su presencia en el sistema o la herramienta, y se observa el equilibrio entre estas. Pero repito, si queréis saber más, podéis leer este artículo en español sobre el Octalysis.
Palanca / Driver 1: Significado épico
La primera palanca es el significado épico. Esta palanca es el que emociona al usuario porque siente que su acción está sumando a una causa mayor.
Tinder no tiene exactamente un “significado épico”, pero su intención si es obtener un resultado concreto: una cita (o muchas citas). No vamos a ponerle una nota extremadamente alta, pero sí vamos a ponerle una nota superior a la de Instagram, Facebook o Twitter, ya que aquí sí tenemos un objetivo mucho más concreto.
Además Tinder sí tiene algunas mecánicas propias de esta palanca, como la suerte del principiante. Esta mecánica consiste en hacerle creer al usuario (generalmente de forma artificial) que ha nacido para esto y se le da súper bien. Al registrarnos por primera vez en Tinder, la aplicación potencia nuestro perfil en los algoritmos para recibir muchos matches (es decir, parejas compatibles) y así sentirnos las personas más bellas y deseadas de la Tierra. Este exceso de validación hará que nos enganchemos a la aplicación aunque al cabo de un tiempo el algoritmo nos ponga en el lugar que nos corresponde, bajemos a la realidad y nos muestre un escenario más verosímil.
Nota de la palanca 1: 3
Palanca del Octalysis 2: Progreso y desarrollo
Si lo resumimos mucho, este driver es el que nos transmite satisfacción al ver cómo estamos mejorando o progresando. Como hoy somos mejores que ayer, o como hoy poseemos más ítems que ayer.
Tras unas semanas utilizando Tinder podemos sentirnos más expertos que los primeros días. Podemos aprender trucos para llamar más la atención, o para descubrir quién nos ha dado match antes de la “revelación” oficial. Pero Tinder no nos muestra niveles ni barras de progreso que nos den pruebas tangibles de nuestro crecimiento o nuestro expertise. Así que en esta palanca le ponemos solo un 1, y por esa sensación “intrínseca” de crecimiento que hemos comentado.
Nota en la palanca 2: 1
Palanca del Octalysis 3: Creatividad y Feedback
El siguiente driver del Octalisys es la creatividad y el feedback. Nos gusta expresar nuestra creatividad y mostrarla al mundo desde los inicios de los tiempos. Especialmente cuando al mostrarla al mundo puede recibir feedback sobre su obra.
Tinder destaca por su sencillez. A veces, demasiada sencillez, ya que reduce un candidato sentimental a un par de fotos, su edad y una pequeña bio. Por lo tanto no da pie a desarrollar demasiado nuestra creatividad.
Muchos usuarios de Tinder sí intentan aprovechar al máximo esta sencillez para venderse lo máximo posible, ya sea con montajes fotográficos o con descripciones muy cortas pero muy creativas. Pero como oficialmente la aplicación no te empuja directamente a utilizar estas funcionalidades de esta manera, sino que te anima a usarla de forma tradicional, no podemos considerar Tinder como un lienzo en blanco para expresarnos.
Donde sí destaca Tinder es en sus propios “likes”, los matches. En este caso no recibimos feedback sobre nuestro contenido (como ocurriría en Instagram o en Twitter), sino de la imagen que hemos vendido de nosotros mismos. Esta sí es una de las funcionalidades básicas y principales de Tinder. Y aunque esté a medio camino entre esta palanca y la palanca social (la 5), va a afectar a la nota de este driver.
Nota de la palanca 3: 7
Palanca del Octalysis 4: Posesión
¿A quién no le gusta acumular riqueza u objetos de valor? Aunque estas sean posesiones virtuales. La satisfacción de poseer ítems y aumentar nuestras posesiones está en nuestra naturaleza humana. En esta emoción y en esta motivación está basada la cuarta palanca: la posesión.
Posiblemente el indicador más evidente de la posesión en Tinder es el número de “matches” que hemos conseguido. De hecho es bastante habitual que después ni si quiera entables conversación con esa persona, que el subidón de tener un match es suficiente y ahí se quede la interacción. De hecho muchos usuarios se quejan precisamente de esto, de como algunos se dedican a coleccionar matches como quien colecciona cromos, pero después nunca llega a transformarse en una interacción.
Nota de la palanca 4: 6
Palanca del Octalysis 5: La influencia social y el sentimiento de pertenencia
Esta es posiblemente la palanca más importante de Tinder junto al feedback. El objetivo de Tinder es conectar con gente compatible a ti y tener citas o hacer amigos. No se entendería Tinder sin el componente social. Ya la acción de darle “match” a alguien contiene un componente social con alguien. Y una vez te has dado match mutuamente con otra persona, entonces se abre el chat y podéis empezar a socializar.
De todos modos, no está al nivel de otras aplicaciones como Facebook que incluyen un océano entero de funcionalidades sociales, como hashtags, grupos, páginas, juegos, etc. También cabe destacar que en el sentimiento de pertenencia Tinder también se queda cojo. Los usuarios de Tinder tampoco se consideran en sí mismos una “comunidad” (algo que sí ocurre con otras aplicaciones de citas más enfocadas en fetiches concretos), ni tampoco hay comunidades dentro de Tinder (como sí tenemos en los grupos de Facebook por ejemplo). Aun así no podemos obviar la importancia social de esta aplicación.
Nota de la palanca 5: 7
Palanca del Octalysis 6: Escasez e impaciencia
Esta palanca está basada en el hecho de que queremos cosas simplemente por no tenerlas, o por ser raras y escasas. Aquí está la clave del modelo de negocio de Tinder. Y es que la versión gratuita de la herramienta presenta determinadas limitaciones que solo puedes superarlas si optas por una opción de pago.
Lo primero que fomenta Tinder es la escasez. Al día solo tenemos 100 “swipes”. Es decir, solo podemos mostrar interés por 100 personas. Una vez alcancemos ese límite nos dirá que debemos esperar… o pasar por caja con una suscripción premium. De hecho, son muy inteligentes, ya que este límite no te lo muestran en el momento en el lo has alcanzado. Aunque lo hayas alcanzado, te sigue mostrando perfiles. Solo te avisará de que has llegado al límite cuando quieras decirle a una persona que sí te gusta ¡pero te dirá que ya no puedes porque has alcanzado el límite! Esta frustración aumenta las posibilidades de que acabes optando por un perfil de pago.
Otra muestra de escasez son los “superlikes”. Tinder tiene un tipo de “like” especial llamado “superlike”. Al contrario que el resto de likes, el receptor sí sabrá que le has lanzado un súperlike, por lo tanto, es una forma de demostrarle que tienes mucho interés en esa persona. Los perfiles gratuitos solo pueden enviar un superlike al día. Eso hace que incluso te lo tomes desde una perspectiva estratégica, ya que debes usarlo sabiamente.
Pero Tinder también se aprovecha de tu impaciencia. En Tinder no sabes quién te ha dado match a ti hasta que no le das tú un match a esa persona. En el momento en el que el match es mutuo, avisa a los dos usuarios y entonces pueden empezar a hablar. Tinder sí te indica cuantas personas que todavía no te han aparecido sí te han dado match, pero si quieres saber quiénes son no tienes más remedio que pasar perfiles hasta que casualmente te los encuentres. A no ser que pagues. Si optas por un perfil Premium, esta limitación desaparece y puedes accerder directamente a los perfiles que han mostrado interés por ti.
De hecho, estas dos mecánicas funcionan muy bien juntas. Que la aplicación te diga que hay 20 personas interesadas en ti, pero que no puedas seguir deslizando perfiles porque has llegado al máximo diario despierta esa ansia en nosotros que puede acabar en un perfil Premium.
Nota de la palanca 6: 7
Palanca del Octalysis : Azar y curiosidad
Existen muchos estudios sobre el azar y lo adictivo que puede llegar a ser. La sensación de sorpresa al no conocer el posible resultado al realizar una acción, sabiendo que uno de esos resultados puede ser una recompensa, nos motiva a realizar esta acción. Posiblemente el experimento más popular en este ámbito sea el de los ratos de la caja de Skinner.
Tinder se aprovecha muchísimo de esta palanca. Simplemente la curiosidad por saber qué persona aparecerá después hace que sea muy difícil dejar de utilizar la aplicación. ¿Será una persona guapa? ¿Será fea? ¿Me gustará? ¿Tendrá alguna descripción interesante? “Veo un par de perfiles más y me acuesto” y acabas estando 15 minutos más pasando perfiles.
Esto ocurre porque no sabes qué perfil va a aparecer a continuación, pero puede que sea un perfil que te guste, y a tu cerebro le gusta la sensación de encontrarse por sorpresa un perfil agradable agradable para ti. La siguiente persona puede que no te atraiga nada, o puede que te atraiga mucho. Y ya no hablamos del subidón si además esa persona que te gusta te da match. Tinder es una máquina tragaperras social.
Nota de la palanca 7: 8
Palanca del Octalysis 8: Miedo a la pérdida
Igual que existe la motivación por acumular riqueza real o virtual, también tenemos miedo a perder lo que hemos acumulado, o miedo a sufrir consecuencias negativas por realizar acciones negativas, o directamente por no realizarlas.
Tinder se aprovecha de determinadas mecánicas que caducan. Algunos ejemplos:
Los 100 slides diarios. Estos slides no son acumulables, si no los utilizas, los pierdes.
El súperlike diario. Tinder tiene un tipo de “like” especial llamado “superlike”. Al contrario que el resto de likes, el receptor sí sabrá que le has lanzado un súperlike, por lo tanto, es una forma de demostrarle que tienes mucho interés en esa persona. Al igual que con los slides diarios, este superlike no se acumula. Es decir, si no lo utilizas, lo pierdes.
Los candidatos top. Al día Tinder te recomienda 100 candidatos top, estén o no estén cerca de tuyo exactamente. Tinder te muestra 10 perfiles de forma directa, sin que tengas que encontrarlos de forma aleatoria mientras deslizas fotos. Entre los 10 candidatos puedes darle like sólo a uno de ellos. De nuevo, esta funcionalidad no es acumulable. Deberás acceder cada día para no perder tu selección diaria.
El crush secreto. Se trata de otro minijuego muy sencillo y que solo se activa una vez al día. Aparecen cuatro cartas boca abajo, cada una representa un perfil que te ha dado like. Al darle a una de las cartas, se desvela ese perfil y podrás darle like tú también si te interesa.
Estos pequeños juegos que caducan al día nos motivan a acceder todos los días para no perder estos “regalos”. Y precisamente funcionan porque caducan. Si fueran acumulables no tendríamos prisa por acceder a la herramienta porque confiamos en que no vamos a perder esos “poderes”.
De todos modos, no le vamos a dar mucha nota a esta palanca porque tampoco se utiliza de forma agresiva. Hay otras aplicaciones de citas donde el miedo a la pérdida se intensifica más. Por ejemplo, la posibilidad de hablar con un candidato sentimental desaparece si no has hablado con en 24 horas.
Nota de la palanca 8: 6
El equilibrio entre el White y el Black hat en el Octalysis de Tinder
Este sistema divide las palancas en dos sectores. Por un lado, las palancas White Hat. Son las tres superiores. Estas son las palancas que no nos generan ansiedad, por lo tanto no nos empujan a usar la herramienta cada día, pero sí nos producen satisfacción interna, nos aportan.
Por otro lado, las palancas Black Hat. Son las tres inferiores. Estas sí nos generan ansiedad y nos empujan a usar la herramienta de forma recurrente aunque no nos aportan nada. Son como una droga, como un pequeño picor que tenemos que rascarnos.
En un término medio estarían las dos de en medio (las sociales y la posesión), que estarían a medio camino entre las dos categorías.
Si abusamos de las palancas White Hat, tendremos una herramienta muy útil pero que no usaremos al menos que tengamos una gran fuerza de voluntad.
Si abusamos de las palancas Black Hat, tendremos una herramienta muy adictiva pero que no aporta, por lo tanto cuando el usuario se de cuenta de que está perdiendo el tiempo la abandonará. Como ocurre con los juegos sociales de Facebook (Farmville, Cityville, etc), que simplemente eran adictivos pero no divertidos.
El truco está en encontrar un equilibrio entre los dos polos. Que tenga elementos Black Hat para que nos genere la necesidad de usar la herramienta de forma recurrente, pero que tenga también elementos White Hat para que la experiencia nos aporte valor, y no acabemos abandonando la herramienta. ¿Tinder consigue este objetivo? No exactamente. De hecho con el análisis detectamos porqué todos acabamos borrándonos la herramienta: porque acabamos entrando por inercia pero sin sacar demasiado valor a cambio. Podemos ver como se potencian mucho las palancan Black Hat (las tres inferiores) pero no tanto las white hat (las tres superiores). Y cuando nos damos cuenta de que a largo plazo no nos motiva (porque las white hat están descuidadas) ni si quiera las palancas Black Hat consiguen hacer que entremos a la herramienta (aunque sí que tengamos alguna que otra recaida en el futuro).
Si queréis aprender más sobre esta metodología, ya sea para analizar otras herramientas y redes sociales, o para crear vuestras propias experiencias, podéis acudir al libro de YuKai, o también podéis realizar mi curso de gamificación donde hablo en más profundidad sobre esta metodología (entre otras muchas cosas más relacionadas con gamificación, y otras metodologías igual de interesantes). ¡Además ahora tenéis descuento en el curso!
El análisis del Octalysis puede ser mucho más profundo, y en el curso podéis aprender a hacer este tipo de análisis tanto de herramientas que ya existen, como de vuestras propias herramientas, productos o servicios para mejorarlos potenciando las palancas o los drivers necesarios.
¡Y hasta aquí el análisis! Espero que os haya parecido interesante y hayáis aprendido más sobre como las herramientas intentan atacar a nuestras emociones básicas para influir en nuestro comportamiento. ¡Si os ha interesado suscribiros a mi newsletter! Cada 15 días hablo de una tendencia interesante, como esta.
Otros análisis Octalysis:
Análisis Octalysis de Instagram
Análisis Octalysis de Facebook
