Orthogames e Idiogames en la gamificación

Orthogames e Idiogames en la gamificación

«¿Qué tengo que hacer para ganar?» Sería una de las preguntas más repetidas a lo largo de la historia de los videojuegos. Y esta pregunta recoge la clave para diferenciar entre los Orthogames y los Idiogames. Además, también repasaremos brevemente cómo pueden afectar a nuestra gamificación.

¿Qué son los Orthogames?

El truco más sencillo para detectar un Orthogame es si puedes hacerte la siguiente pregunta: «¿Cómo se gana?» Si existe una respuesta a esta pregunta, estás ante un Orthogame. Es decir, son juegos donde existen ganadores y perdedores al finalizar la partida.

Ya sea por un sistema de puntos, un ranking, un objetivo que se tiene que alcanzar… existe una clara diferencia entre el que ha ganado o los que han ganado, y el que ha perdido o los que han perdido. El ajedrez, el póker, videojuegos como FIFA… serían algunos ejemplos.

Pero los rivales no necesitan ser personales reales. Un juego de plataformas como Super Mario también sería considerado un Orthogame, sino ganas tú, gana el villano virtual.

La etimología de Orthogame proviene de “game” (juego) y “Orthós”, que vendría a significar “correcto” o “como debería ser”. Por lo tanto, la palabra significaría “los juegos como deberían ser, los buenos”. Y no voy a hacer aquí campaña para que cambien el nombre porque no estoy aquí para esto, pero me parece una definición bastante desacertada. A estas alturas de la vida me parece un error que alguien crea que un Call of Duty es más juego que un Los Sims o un Animal Crossing. Incluso en este blog ya hemos hablado del fenómeno de los Wholesome Games, juegos cuya única finalidad es hacerte sentir mejor.


¿Qué son los Idiogames?

Estaréis pensando que los idiogames son simplemente la contraposición a los Orthogames. Pero no, no es un término que nace para representar justo lo contrario. Está en una posición más o menos contraria, pero no es justo lo contrario.

Un idiogame es un tipo de juego donde las decisiones que se toman no se toman exactamente para ganar, sino para obtener un resultado concreto que te interesa por curiosidad o por algún otro tipo de interés emocional. Mientras que en un Orthogame tú tomas decisiones con el objetivo de ganar (cumplir el objetivo que te lleva a la victoria de la forma más eficiente posible y antes que tus rivales), aquí las tomas simplemente porque te parecen interesantes de algún modo. Pongamos por ejemplo Los Sims. ¿Escoger entre comprar el sofá rojo y el blanco te ayuda a ganar de alguna manera? No, pero lo escoges porque te interesa determinado resultado (crear una habitación a tu gusto, o que el sofá pegue con los otros muebles. Esto ocurre incluso en juegos RPG, imaginaos un juego de rol donde en una misión determinada debemos decidir si ayudamos a un bando de la guerra o si ayudamos al otro bando. ¿Ganamos o perdemos el juego por esa decisión? No, simplemente escoges por un motivo emocional personal. Porque un bando te cae mejor, porque tienes curiosidad por saber cómo avanza la historia si tomas esa decisión… Pero no porque te ayude a ganar o perder el juego.


Orthogames e Idiogames en gamificación

Cuando hablamos de gamificación, ¿Qué es más apropiado? ¿Un Orthogame o un Idiogame? La respuesta rápida que muchos dirán es los Orthogames. De hecho está muy relacionado con el imaginario popular de la gamificación añadiendo puntos, medallas y rankings a todo, algo sobre lo que yo ya me he posicionado en contra en muchas ocasiones.

En realidad la respuesta depende del tipo de usuarios. Sé por ejemplo que entre un equipo comercial, las competiciones les vuelven locos. En ese caso tiene más sentido un juego que entraría dentro del Orthogame. Pero hay empresas que por su cultura no quieren fomentar la competición y es intersante realizar un juego colaborativo más cercano al Idiogame donde puedas personalizar un avatar virtual (una persona, una ciudad, una granja…). Y puede funcionar igual de bien, sino fijaos en como todos nos enganchamos al Farmville de Facebook hace unos años. El producto de formación que diseñé hace unos años, Learning Park, ofrece un sistema similar, donde los empleados se forman para hacer crecer una ciudad. Aquí las empresas ya deciden si crear una competición entre empleados o equipos para ver quien tiene la ciudad con más puntuación, o si enfocamos el juego para que únicamente hacer que la ciudad crezca y evolucione sea ya tractivo e interesante.

De todos modos si queréis aprender más sobre los tipos de usuarios y qué mecánicas de juego encajan mejor para cada uno de ellos, podéis hacer mi curso de gamificación online. ¡Ahora con descuento!

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies