No os voy a contar ningún secreto: a los niños no les gustan las clases y sí les gusta jugar a videojuegos. Ahora sí os voy a contar un secreto: jugar es lo mismo que aprender. De hecho jugar requiere un esfuerzo y un ejercicio mental que puede superar al esfuerzo y al ejercicio mental al que se enfrentan en las aulas. ¿Los videojuegos podrían ser las escuelas del futuro? Definitivamente sí.
De esto trata mi último artículo en Innovación Audiovisual, un artículo en el propongo tres claves para demostrar que los videojuegos y la educación están tan relacionados que deberíamos empezar a plantearnos insertarlos desde ya en las aulas. Podéis leer el artículo aquí.