Los millennials, también conocidos como la generación Y, son todos aquellos jóvenes que han nacido entre los años 85 y los 2000 y que están marcando un antes y un después en la forma en la que el mundo trabaja, consume e interactúa. Pero unas de las principales características de estos millennials es que necesitan un feedback constante sobre lo que están haciendo. ¿Por qué ocurre esto?

Los millennials han crecido con el feedback y ya no pueden vivir sin él.

Los millennials han crecido con Internet y con los videojuegos, experiencias que les han dado una gratificación instantánea y un feedback constante, y por esa razón estos millennials esperan encontrar ese feedback y esa gratificación instantánea en todos los ámbitos de su vida. ¿Cuál es el problema? Que no todos los ámbitos proporcionan ese feedback.

Al contrario que las generaciones anteriores, los millennials han vivido en una época automatizada y digital. Esto ha provocado que estos millennials estén acostumbrados a lo inmediato y a lo instantáneo. Los millennials han vivido la comunicación inmediata a través de Internet y los dispositivos móviles. Los millennials han preguntado a Google cada vez que tenían una duda y a los 10 segundos han encontrado una respuesta, los millennials hemos tenido la suerte de pulsar un botón y tener una gran cantidad de contenidos a nuestra disposición, incluso de seleccionar qué queremos ver y cuándo queremos verlo…

Pero a esta inmediatez se le suma otro elemento: el feedback. El feedback ha estado presente en todo su ocio y su entretenimiento. Los millennials han crecido con los videojuegos, que son la máxima expresión del feedback (sabes continuamente si estás ganando, si estás perdiendo, si lo estás haciendo bien, si lo estás haciendo mal…). Los millennials también están acostumbrados a medir inmediatamente la calidad y el impacto del contenido que comparten a través del número de “likes”, “retweets”, o reproducciones. O incluso a transmitir inmediatamente sus opiniones, ya sea por Facebook, por Twitter, o a través de sus propios blogs personales.

Pero existe un tercer factor: su progresión profesional. Los millennials, aunque estén preocupados por su sueldo, les preocupa más crecer profesionalmente. Es muy difícil progresar en tu vida profesional si no tienes feedback sobre tu rendimiento para saber qué estás haciendo bien, y qué necesitas mejorar.

Cuando no hay feedback, llega la desmotivación

Precisamente el mundo laboral es el lugar donde más feedback se necesita y donde no se otorga. Con suerte, alguna empresa realiza una evaluación de desempeño al año ¡Al año!. Según una encuesta de TinyPulse, el 42% de los millennials afirmaron que les gustaría que los evaluaran de forma semanal. Otra encuestra de Gallup indica que única el 19% de los millennials recibe feedback sobre sus rutinas diarias en su puesto de trabajo.

Quizá la parte más preocupante es que los millennials ya esperan tener ese feedback y si no lo tienen no lo van a pedir. De hecho solo el 15% de los millennials piden feedback a sus superiores. Esto se traduce con una enorme tasa de desmotivación dentro de la empresa, y con una gran cantidad de empleados que no están rindiendo a su máximo potencial por una falta de feedback.

Además, otra encuesta afirma que el 71% de los empleados que abandona una empresa lo hace porque siente que no se valora su esfuerzo. Es decir, por falta de feedback. De nuevo la comunicación interna es una de las grandes asignaturas pendientes de las empresas.

La gamificación como solución

Ante esta situación no sorprende el auge de la gamificación como solución a los problemas de engagement. La gamificación consiste en aplicar elementos de juego en ámbitos no lúdicos. Por lo tanto es perfecta para todos aquellos que han crecido con los videojuegos y esperan esos modelos de interactuación en su día a día. Como hemos mencionado, uno de los elementos clave de los videojuegos es el feedback constante e inmediato, y la gamificación ayuda a que este feedback esté en nuestro día a día, ya sea en el marketing, en la salud o en el trabajo.

Precisamente la herramienta Zeppelean va por ese camino: utilizar gamificación para dar feedback constante y motivar a los empleados a detectar sus áreas de mejora y convertirse en mejores profesionales.

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